viernes, 18 de enero de 2008

Columna de Ángeles Mora

Este viernes en el periódico Granada Hoy la poeta Ángeles Mora escribe su columna semanal Cámara Subjetiva dedicada al poeta Ángel González.

CÁMARA SUBJETIVA

Un nomeolvides

Durante toda la semana he pensado en decirle adiós desde esta columna a Ángel González, pero de Ángel González no me voy, no nos vamos a despedir nunca, porque en su poesía lo encontraremos cada día.

Claro que su muerte repentina nos ha hecho un roto más en el corazón, después de que su poesía nos hiriera “muchas veces mucho” (“para vivir un año es necesario/ morirse muchas veces mucho”, decía en su poema “Cumpleaños”). El poeta de Áspero mundo o de Sin esperanza, con convencimiento -por citar sólo esos dos primeros libros que tanto nos impactaron y emocionaron- se ha ido, pero nos ha dejado el regalo impagable de su poesía y el recuerdo de su personalidad sencilla, cercana, de noches de boleros y copas, de palabra sobre palabra, de luces de amistad. Recuerdo algunas de sus noches granadinas, especialmente entrañables. (...pincha si quieres seguir leyendo).

 

Ángeles Mora.

Algunos poemas de Ángel González

EL DÍA SE HA IDO

Ahora andará por otras tierras, 
llevando lejos luces y esperanzas, 
aventando bandadas de pájaros remotos, 
y rumores, y voces, y campanas, 
-ruidoso perro que menea la cola 
y ladra ante las puertas entornadas.

(Entretanto, la noche, como un gato 
sigiloso, entró por la ventana, 
vio unos restos de luz pálida y fría, y
se bebió la última taza.)

Sí; 
definitivamente el día se ha ido. 
Mucho no se llevó (no trajo nada); 
sólo un poco de tiempo entre los dientes, 
un menguado rebaño de luces fatigadas. 
Tampoco lo lloréis.  Puntual e inquieto, 
sin duda alguna, volverá mañana. 
Ahuyentará a ese gato negro. 
Ladrará hasta sacarme de la cama.

Pero no será igual. Será otro día.

Será otro perro de la misma raza.

EL OTOÑO SE ACERCA

El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.

ELEGÍA PURA

Aquí no pasa nada,
salvo el tiempo:
irrepetible
música que resuena,
ya extinguida,
en un corazón hueco, abandonado,
que alguien toma un momento,
escucha
y tira.

ESO ERA AMOR

Le comenté:
-Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rimel?
-Grandes
                    respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.

La muerte de un poeta

Ángel González

 

El pasado 12 de enero falleció el poeta Ángel González, miembro de la Real  Academia de la Legua Española, premio Príncipe de Asturias de las Letras.

La fotografía corresponde a la feria del libro de Madrid del año 2006. Junto a su caseta estaba la de su amigo Joaquín Sabina, quien después de su muerte ha dicho "Nunca me he sentido tan huérfano". En esa feria se notaba que les unía una buena amistad, Joaquín Sabina tenía una cola muy numerosa, mientras a Ángel González eran pocos los que se acercaban. Joaquín se acercaba de vez en cuando para, cariñosamente y con mucha gracia y risas por parte de los dos, meterse con Ángel González por esa circunstancia.

Joaquín Sabina

Yo fui de los que me acerqué a la de Ángel González para pedirle que me firmara dos libros, las dedicatorias son las que reproduzco aquí debajo.

Dedicatoria de Ángel González

 

Dedicatoria de Ángel González